Maestre en Derecho
del Trabajo por la Universidad Federal de Paraná. El abogado y profesor Fábio
Campinho (foto) afirma que la flexibilización de las leyes laborales aún están
en la orden del día, en entrevista al periódico de Unificados.
A pesar del aparente clima de tranquilidad festejada en el gran evento por las
centrales gobiernistas, según el entrevistado de esta edición, el gobierno y los
capitalistas están percibiendo que la crisis de los Estados Unidos de América
(EE.UU) se puede extender y así van
querer obligar a los trabajadores a pagar la cuenta.
La intención de flexibilizar el trabajo viene hoy estampada en documentos como
el que fue reciente publicado “Directrices al respecto de la reconstrucción de
las relaciones entre el trabajo y el capital en Brasil”, elaborado por el
ministro extraordinario de Asuntos Estratégicos, Mangabeira Unger.
Allí se encuentran las medidas que orientan la agenda legislativa en sentido de
retirar los derechos de los trabajadores. El profesor Fábio Campinho analiza lo
que esta en juego son las discusiones entre el capital y el trabajo actualmente
y muestra cuál es el desafío que la clase trabajadora tiene que enfrentar.
Vea:
LA ENTREVISTA
Reafirmar la auto organización
Periódico de Unificados – ¿Cuál es su balance del 1º de mayo? ¿Cuál es la
discusión central sobre las relaciones de trabajo actualmente en Brasil?
Fábio Campinho – ¡Estamos en una fase bien difícil! La correlación de
fuerzas entre el capital y trabajo es favorable al primero. Las organizaciones
construidas por los trabajadores (PT y CUT) se transformaron en instrumentos de
acomodación de los intereses del capital. En este contexto, la simple existencia,
en las mayores capitales del país, de un 1º de mayo clasista y de lucha, que se
difiere de los grandes espectáculos de las centrales gobiernistas, ya es algo a
ser festejado.
Periódico de Unificados – ¿La reforma sindical podrá crear mecanismos de
representatividad y combatividad mayores?
Fábio Campinho – Lo que hemos tenido hasta ahora, durante el gobierno
Lula, han sido contra las reformas sindicales, algunas colocadas en práctica y
otras no. El grande proyecto de contra reforma sindical esta archivado. Lo que
se viene haciendo son en contra reformas puntuales. Son dos las formas más
relevantes:
En primer lugar, existió el entendimiento del Supremo Tribunal Federal de que la
ley de huelga de los trabajadores de la iniciativa privada también es aplicada
a los servidores públicos. Medida que tiene intuito claro de dificultar el
ejercicio del derecho de huelga entre los servidores, especialmente porque, a
partir de esta decisión del Supremo, pasa a ser posible que la administración
corte los salarios durante el período de paralización.
En segundo lugar, existió el reconocimiento de las centrales. El problema es el
objetivo que estaba por detrás de eso. Todo ha sido hecho para que las
centrales dividiesen una parte del impuesto sindical. ¡Algo absolutamente absurdo!
Lula, en las grandes huelgas de 1978, en el ABC, no se cansaba de decir que la
CLT era el AI-5 de los trabajadores. Luchaba contra la injerencia de Estado en
los sindicatos, el sindicato único es el impuesto sindical. Es trágico ver como
el discurso y la práctica ha cambiado. Actualmente, CUT que nació de la lucha contra el impuesto
sindical es reconocida por el gobierno justamente para que pueda recibir un pedazo
del impuesto sindical.
Periódico de Unificados – ¿Lo que esta en juego cuando se dice que es
necesario hacer una revisión de la Consolidación de las Leyes Laborales (CLT)
para disminuir el costo del trabajo en Brasil y crear más empleos?
Fábio Campinho – Lo que se quiere es nivelar por abajo. Pues se quiere introducir
en Brasil el padrón asiático la exploración del trabajo, como ocurre en China, en
los países Asiáticos y en India. En fin, un sistema de libre mercado, en que no
haya cualquier tipo de freno para el capital.
Esa historia de que disminuir es la salida para el problema del desempleo, es
un grande engaño. El bajo costo del trabajo sirve, en momentos de crisis, como
estímulo a la demisión y no para la
admisión de nuevos trabajadores.
El leve aumento del empleo formal, de bajos salarios, ocurrido durante el
gobierno Lula se dio más en virtud de la ola de crecimiento económico global de
que las medidas concretas de flexibilización de las leyes laborales. Pero el
gobierno y los capitalistas ya están
percibiendo que la crisis en los EE.UU tiende a expandirse y que el breve
periodo de bonanza no va durar mucho.
Periódico de Unificados – ¿La propuesta hecha por Mangabeira Unger de
retirar la contribución social de los empleadores de la planilla de salarios es
un modo eficaz de resolver los problemas del trabajador brasileño?
Fábio Campinho – De forma alguna. Jugar con la contribución de los
empleadores para un impuesto general es abrir una brecha enorme para dar otro
destino a los recursos recaudados, ajenos a la
seguridad social. Si eso ya ocurre actualmente, según los datos del propio
gobierno, con el desvío de buena parte de los recursos de la seguridad para
garantizar el superávit primario, imagine si fuera el caso de un impuesto general.
Periódico de Unificados – ¿Qué puede espera el trabajador brasileño de aquí
para frente? ¿Cuál es la salida?
Fábio Campinho – Es necesario reafirmar la necesidad de auto
organización de los trabajadores, el carácter clasista y autónomo de los
sindicatos. Es necesario fomentar la organización por el local de trabajo,
combatir el corporativismo en los sindicatos y aproximar las luchas sindicales
de los otros sectores que están fuera del trabajo formal (Los sin casa, los sin
tierra, el movimiento negro, estudiantil, de mujeres, etc.), sin olvidarse, claro,
de las especificaciones del movimiento sindical. Nuestro desafío es construir
un instrumento de unidad capaz de impulsar a la solidaridad de clases y de
colocarla en movimiento contra el capital.