El Rvrdo. Padre Gunther
Zgubic hace parte de la coordinación nacional de
área social de
en defensa de los derechos de presos y presas, en São Paulo. Nacido en Austria,
él vive en Brasil hace 17 años. Trabajó en asentamientos humanos del Jardín
Ángela en la capital paulista, y con gente de la calle.
Idealizador del tema “violencia” de
organizada por
Conferencia Nacional
Rvrdo. Padre Gunther Zgubic nos atendió por teléfono y habló con Unificados
sobre seguridad pública.
Para él, la población debe comenzar a reaccionar y exigir mayor justicia
social, y una política de seguridad preventiva, volcada a la integración
comunitaria.
ENTREVISTA
Trabajo comunitario
Periódico del Unificados: Muchos
programas de TV piden la pena de muerte, la reducción de la edad penal, etc.
Para ellos, y para la mayoría de gente, el problema del crimen es la falta de
represión. Sin embargo, lejos de recuperar al preso, las prisiones son
frecuentemente, los lugares donde se incita al crimen y a la violencia. ¿Cómo
romper este círculo vicioso?
Padre Gunther Zgubic: Creo que con otro discurso, tal vez. Pienso que la población, en serio, no quiere tanto
la muerte, sino la seguridad de vida como un derecho para todos. De esta forma,
yo espero, que se pueda salir del discurso de “ustedes sólo defienden a los maleantes,
y no miran hacia las víctimas”.
Si nosotros no queremos el odio (el odio siempre va a crear un círculo
vicioso), precisamos ver que existen otras soluciones. Éstas tienen resultados
más convincentes de lo que la pura
represión. Y esto es un hecho ahora. Donde
la seguridad pública (de vida) mejoró fue en donde se
comenzó un trabajo de toda una justicia social, pero también un trabajo
comunitario.
Periódico del Unificados: Sabemos que en Brasil sólo va para la cárcel el llamado “ladrón de
gallina”. Sin embargo, los crímenes de collar blanco (corrupción, desvíos de
verbas en las altas esferas), son los que traen las consecuencias más trágicas
para nuestra sociedad, como hambre, desempleo, falta de asistencia médica,
analfabetismo, recesión de la economía)? ¿Es posible tener paz sin igualdad y
justicia social?
Padre Gunther Zgubic: En un mismo sistema económico, cada país tiene una
injusticia social más o menos mala. Pero Ud. tiene en un mismo país, en la misma población , por ejemplo
en un asentamiento humano o pueblo o chabola, menos crímenes, menos violencia
que en otro.
Ud. tiene al Jardín Ângela de
Diadema, en São Paulo. Aquél, era el municipio con mayor violencia en Brasil. Y
en 7 años se redujo el número de homicidios y otros problemas en un 70 %. Ahora, viene la siguiente
cuestión: ¿por quê? Porque se aplicó otro modelo de seguridad pública. Y ese
modelo no se basó en la represión como respuesta de seguridad pública para
cazar a un criminal. La
justicia social es importantísima. Pero
el tema de seguridad pública tiene uma pauta propia que incluye muchos
aspectos, hasta el de la justicia social.
No se puede reducir un tema propio a otros que le son asociados. El sistema de
seguridad pública es tratado como un modelo de arriba para abajo. Es
responsabilidad sólo del Estado. Ahí ya estamos en una imposición de arriba
para abajo, en una visión que no es democrática, y en una falta de colaboración
de los vecinos. En São Paulo hay diversos
barrios en que los crímenes, de barrio para barrio, son diferentes. En el
centro de la ciudad usted tiene pequeños hurtos y narcotráfico; en otros,
mayores homicidios o robos de carros.
Entonces, el secreto en toda la
mejoría es un trabajo en conjunto. Los vecinos deben
unificarse, unir, y su situación debe ser oída. Los Consegs, consejos de la
policía en São Paulo, eran típicamente de la siguiente forma: los comerciantes
pagaban a la policía para que ellos matasen a niños de la calle, por ejemplo. (Ese
modelo, ya lo conocemos, y nada mejoró. …)
Si lo que Ud. quiere es una
policía que no maltrate al pueblo, tiene que tener una policía comunitaria.
Tenemos algunas conquistas en Brasil que se llaman: policía comunitaria,
justicia preventiva y comunitaria, y pena como servicio comunitario. En el
colegio no podemos esperar a ver a otro alumno comenzar con brutalidad. Sabemos
que en ese caso lo que existe es un problema familiar. Esas familias
necesitan ser acompañadas. Eso es bien diferente de matar, golpear o prender.
En Diadema todos los funcionarios municipales fueron entrenados en medición de
conflictos. Creo que no debería ser solamente de funcionarios del Estado, sino
de lideranzas comunitarias quienes realicen un entrenamiento en conjunto, inclusive
para que la policía aprenda de la experiencia de los propios moradores.
Periódico del Unificados: ¿La
no-violencia significa pasividad delante de las injusticias?
Padre Gunther Zgubic: Es al contrario. Es una no violencia activa que no
acepta una serie de injusticias y falta de respeto, pero que se oganiza. La
comunidad está allí. Exige. Aprieta. Coloca límites. Mientras la policía sólo corra en carro, y no
tenga una relación personalizada, porque no pertenece a la comunidad; mientras todo
el mundo tenga miedo de ella por su brutalidad, la cosa no mejorará.